El nombre Oso Panda se aplica a dos especies del orden de los Carnívoros: el panda menor, también llamado panda rojo, y el oso panda gigante; todos originarios de China, siendo descubietos en 1869.
El tímido panda gigante suele ser evocado como el icono de los animales en extinción. Desde entonces este oso se convirtió en la atracción de los zoológicos del mundo (el primero llegó a Occidente en 1937), en los cuales viven unos 100 ejemplares de este oso, mientras que otros 1.000 osos pandas sobreviven en estado natural dentro de reservas creadas en los espesos bosques de bambú de la China suroccidental. Este oso es solo una de las mil especies animales que ya se encuentran en peligro de extinción en todo el orbe, mientras que otras 17.000 son seriamente amenazadas, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Junto al Panda, en la actualidad existen 1,7 millones de animales y plantas identificadas en todo el mundo, aunque se cree que esta clasificación podría abarcar de entre cinco millones y 30 millones de especies diferentes, las cuales son constantemente atacadas por el hombre (practicando la caza, el deporte o el tráfico de especies), motivo por el cual diversas entidades ecologistas aseguran que nos encontramos en la sexta gran extinción masiva de especies y que si las cosas siguen como hasta ahora, en el 2050 se habrá extinguido más de un tercio de las especies existentes y tal vez la mitad para el 2100. Aunque como toda especie en general tiene un tiempo determinado de vida, según especifica la biología, acelerar el proceso de reducción de especies de manera artificial no le da a la naturaleza tiempo para regenerar el ecosistema, lo cual es una amenaza directa para el propio ser humano, según el último informe del Foro Mundial para la Conservación de la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), en el que se afirma que más del 40% de las medicinas legales proviene de fuentes naturales, mientras que el 80% de la población del hemisferio sur depende de la naturaleza casi exclusivamente para sobrevivir. Animal en extinción Dos de los principales motivos para que esté en vías de extinción son la desaparición de su hábitat natural con la tala de miles de hectáreas de bosques de bambú, su alimento natural; y la extremada dificultad que tiene esta especie para reproducirse en cautiverio, básicamente por timidez, según dicen los expertos. Parte de la reducción también se debe a cazadores furtivos, que se arriesgan a recibir una condena de cadena perpetua fijada por el Gobierno Chino, porque una su piel vale su peso en oro, sobre todo en Lejano Oriente. Un ejemplar adulto necesita un promedio de 14 kilos de bambú al día, proceso de alimentación en el que invierte 12 horas. Empero, la gran densidad demográfica de China ha determinado que el hombre invada el hábitat del animal (de 1974 a 1989 se redujo 50% su población en la provincia de Sichuán según el WWF ), al punto que durante la década del 80 y antes de que el Gobierno tomara cartas en el asunto, murieron de hambre más de 150 osos.
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